miércoles, 10 de septiembre de 2014

Seré Millones

Seré Millones recrea la expropiación de una suma cercana a los 10 millones de dólares que realizó el Ejército Revolucionario del Pueblo al Banco Nacional de Desarrollo de Argentina, BANADE, durante el verano de 1972.

Como revolucionario la película es sumamente interesante, pues no solamente se cuenta la historia de una acción exitosa, en la cual no hubo bajas y se consiguió una enorme suma de dinero para la causa. Lo más rico, en este aspecto político, es el hecho de mostrar cómo dos revolucionarios, que tenían una posición económica relativamente desahogada trabajando en un banco, tienen plena consciencia de que el dinero allí atesorado es parte de la fortuna que el pueblo ha creado y que le ha sido expropiada por el capital. Conforme con ello, y entendiendo la relevancia de hacer un gran golpe, deciden organizar un operativo para recuperar parte de esa riqueza, sabiendo claramente que la consecuencia de ello iba a ser perder sus vidas tal cual como las conocían, tanto por el peligro de la muerte, como por el necesario pasaje a la clandestinidad y/o el exilio. Para ellos primero estuvo la revolución.

En cuanto al aspecto artístico la película es realmente muy buena. La narración incluye la construcción de la filmación, en la cual los protagonistas de aquellos hechos instruyen a los actores sobre cómo fueron sus acciones. En este proceso de ida y vuelta, el pasado y el presente se mezclan en la carne de las personas de diferentes generaciones que están re-actuando lo realizado en 1972. Al mismo tiempo, la escenografía también tiene su interés. El BANADE, el Club del Banco, el casting, la casa de uno de los revolucionarios, las calles del microcentro porteño y también escenarios minimalistas de estudio donde casi lo único visible son los actores de ayer y hoy, como una supuesta sala de La Habana o el taxi de otro militante del ERP.

La película, al fin y al cabo, sin caer en los lugares comunes de pasar excesiva cantidad de imágenes de archivo, aunque sin dejarlas de lado, nos propone un reencuentro con esos compañeros, tal cual fueron y tal cual son, desde su costado humano, comiendo un asado, hablando de su exilio, enseñándole a los más jóvenes (los actores) como pensaban y actuaban en épocas de revolución. En este sentido, el encuentro es completo, porque los expropiadores del BANADE no son unos quebrados ni unos renegados de la lucha de aquellos años. Aún hoy son socialistas y militan por la causa.

En suma, es una película que recomiendo. Los dejo con el trailer oficial

https://www.youtube.com/watch?v=n_2uaKnE0L0


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